Pulir piezas de metal

Con este vídeo aprenderás a pulir piezas de metal, que vamos a desmontar y luego a montar.

Presta atención, para esta operación necesitarás:

una máscara de protección,

unas gafas de protección,

y unos guantes de protección.

Para este trabajo necesitarás también:

un cincel de carpintero.

una cuña fina de madera,

alicates,

un martillo

un taladro

un cepillo de para pulir

unas pinzas finas

y un tornillo de banco.

También necesitarás,

cola para pegar madera,

y clavos.

Esta operación se compone de 3 pasos que te detallamos a continuación.

PASO 1: Desmontar las piezas de metal

En este ejemplo, vamos a desmontar una pieza de metal fijada a un mueble por un sistema de clavos, que es el tipo de fijación más común en los muebles antiguos.

Desliza el cincel por debajo del metal a la altura del clavo, metiendo la parte oblicua hacia abajo.

Basta con insertarla un milímetro

En ningún caso utilices un martillo para introducir la arista del cincel, ya que podrías dañar el mueble.

Coloca la cuña de madera bajo el mango del cincel.

Presiona el mango ligeramente hacia abajo para hacer palanca.

El clavo se irá saliendo poco a poco de su agujero.

Basta con 2 mm.

Agarra la cabeza del clavo con los alicates.

Mantenla recta.

Y rótala hacia abajo hasta que consigas sacar el clavo entero.

El clavo saldrá ligeramente torcido.

Si tu pieza de metal está sujeta con varios clavos, como en nuestro caso,

empieza sacando primer los del medio y luego los de los lados para evitar doblar el metal.

Los errores más frecuentes son doblar el clavo para sacarlo,

sacar el clavo de golpe,

o apretar demasiado fuerte los alicates y romper el clavo

PASO 2: Limpiar las piezas de metal

Elige un cepillo adaptado al metal de la pieza metálica..

El hierro es blanco y requiere un cepillo redondo de nylon rojo.

El bronce es de color ocre, granuloso y para tratarlo requiere también un cepillo redondo de nylon rojo.

El latón es amarillo claro, liso, pesa poco y requiere una cepillo de fibras sintéticas.

Coloca el cepillo en el portabrocas del taladro.

Y apriétalo.

Coloca la cabeza del taladro en el tornillo de banco y asegúrate de que el taladro esté bien sujeto.

No olvides usar los accesorios de protección.

Enciende el taladro, usa los guantes para coger la pieza de metal y pásala por el cepillo.

Gira la pieza en todos los sentidos para asegurarte que el cepillo llega a todas las partes del metal.

Sabrás que has terminado cuando el metal esté limpio y brille.

PASO 3: Volver a colocar la pieza de metal

El nuevo clavo deberá ser uno o dos mm más largo que el anterior.

Esta longitud adicional te permitirá fijarlo mejor en una madera sana.

Asegúrate de no usar un clavo con mayor diámetro que éste ya que podrías agrietar la madera.

Vuelve a poner la pieza en el mueble e introduce el clavo en el antiguo agujero con la ayuda de las pinzas finas.

El uso de las pinzas evitará que te golpees los dedos.

Coge el martillo por el borde del mango y golpea el clavo con movimientos secos.

Continúa hasta haber hundido el clavo completamente.

También puedes reutilizar el antiguo clavo siempre y cuando consigas enderezarlo.

Para ello, coge la cabeza del clavo con unos alicates y coloca la parte doblada hacia arriba.

Golpéala con el martillo sobre una superficie dura. En nuestro caso sobre un tornillo de banco.

Pon un poco de cola para madera en el agujero para que el clavo esté más sujeto.

Golpea el clavo con el martillo de la misma manera que antes.

Ahora ya sabes desmontar una pieza de metal, sacarle brillo y volverla a montar